La Semana Santa pudo estar llena de sentimientos para mí,
pero la más importante es la que con este dibujo os muestro. Según se puede
ver, soy yo con mi primo en brazos recién nacido, un niño que toda la familia
tenia ya ganas de que naciera ya que nadie daba por echo que mi tía se fuera a
casar e incluso quedarse embarazada. Entre mi primo y yo hay 27 años de
diferencia por lo que en el dibujo no aparece mi cara o mi retrato sino una
gran sonrisa representando la gran felicidad que tenia ese día por la sorpresa
y la gran espera. El nacimiento de un nuevo ser siempre es motivo de alegría, pero cuando no te lo esperas y lo das por perdido, cuando llega es aún una mayor satisfacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario